Carta abierta a la espinaca cruda y prelavada

Oh, espinaca. Tanto que te quiero decir.

Quiero que sepas que eres un alimento formidable. Desde que supe de tu existencia, quise saber todo de ti. Leí foros. Consulté doctores. Me dí un clavado en Wikipedia. Y cada nuevo párrafo, cada pestaña abierta, me atraía más y más a ti.

Estás llena de vitaminas. A. C. K. Digo, eres prácticamente una banderita TCP tú sola. Si eso no es mensaje de Esus, no sé qué pueda serlo. Pero no paras ahí! Estás RE-PLE-TA de hierro. Potasio! Magnesio! Calcio! Habrá algún nutriente que no tengas?

Y, encima de todo… tienes relativamente CERO peso energético! Eres como un hermoso tupper de nutrientes. Gracias a ti, sigo tragando cantidades groseras de comida – pero haciendo trampa! Eres como un cheat code alimenticio que se ajusta perfecto a mi estilo de “cocinar”: tómalo de la bolsa, ponlo en el plato, bon apetit.

Hice un recuento de mi vida, y dije, aquí es. Aquí es, espinaca. Tu, yo, y mi plato. FOREVAH.

Pero, como siempre en estas cosas, comenzaron a salir problemas. Duras poco en el refri. No worries, pensé. Te conseguí tuppers (reales), porque yo estoy comprometido con esto. Tres tuppers, grandotes, te conseguí. No puedo ir diario a la tienda por ti (no me sale en tiempo, no me sale en dinero), pero con los tuppers podríamos hacerlo funcionar. Y funcionó… un tiempo.

Después, comenzaste a llenarte de humedad DENTRO del tupper. Like… c’mon. Espinaca. Todos somos adultos aquí. Cómo demonios te llenas de humedad _adentro_ del tupper? Entiendo que todos tenemos nuestras idiosincracias, y que son justamente esos pecadillos los que nos hacen fabulosos y coquetos y simplemente hermosos. Pero, neta? Para eso son los tuppers, espinaca.

No hay problema. Yo te como así. No sabes tan bien, claro. Y no puedo medir tan fácilmente la cantidad que me zampo, porque me cambias de buenas a primeras tu radio peso/volumen. Pero, espinaca, yo. me. adapto. Si tú te esfuerzas, yo me esfuerzo.

Ahora me vengo enterando de los oxalatos. Espinaca, no quiero piedras en el riñon. Porqué no dices esto en la maldita bolsa? Porqué me tengo que enterar por terceros, y a destiempo? Ese no es el fundamento de una relación sana, espinaca.

Qué será mañana? Causas gota? Si te mezclo con frijol formas un explosivo prohibido por la convención de Ginebra? Me vas a forzar a hervirte? De una buena vez te digo: tengo mis límites. No voy a comprar una vaporera por ti.

Ojalá podamos tomar este momento como un parteaguas en nuestra relación. Ojalá puedas darme lo que busco. Ojalá te comportes a la altura de un vegetal tan fantástico como eres tú.

Porque si no, no sé qué va a pasar con mi vida. He probado con el brócoli. Le di chance a la zanahoria. La lechuga es puro atractivo visual, pero sin sustancia. Eres tú o ninguna, espinaca.

One thought on “Carta abierta a la espinaca cruda y prelavada”

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *