La larga espera…

Es como cuando vas al doctor. Te dicen “tiene ud. cita a las 4.00 PM” e, invariablemente, te encontrarás esperando al doctor hasta las 4.10, mínimo (eso, claro está, suponiendo que llegues puntual – de no ser así, buena suerte encontrando atención ese mismo día). Dependiendo de tu urgencia, esa espera es… bueno, más o menos difícil. Si estas esperando resultados de algún examen, pues todavía peor. Se vuelve un tiempo casi insoportable…

Estoy actualmente a la espera de mis últimas 3 calificaciones de la carrera. Después de ellas… no más exámenes. No más tareas. No más proyectos. Al menos no solicitados por la FI (HFI, dirían algunos). La espera se ha vuelto… nostálgica, interminable y a la vez llena de deseos que no acabe. Porque al acabar la espera, acaba el viaje. Duro, cansado y a veces difícil de sobrellevar… pero que viaje!

Seis años llenos de experiencias, sueños rotos y creados, expectativas redirigidas, de vida fuera de mi mundo y dentro de otro nuevo que ahora oso llamar mío… conocer otra casa, mi nueva casa, la que me dió cobijo y durezas y hambre y sed y papas pastosas y pollo mal cocido y mucho conocimiento… y sueño. Todavía me debe como 3 años de sueño. El pequeño puntito en el sur que se ve como un mundo cuando estás dentro, toda una arcología sin las paredes y al aire libre; ya decía yo, una casa… mi hogar. Y aunque aquí sigo, digamos que cambio de cuarto. Me gustaba mi cuarto.

En fin… quisiera creer que voy a publicar algo más interesante cuando el gran momento llegue (y entre comillas, porque… falta la tesis, el título, etc.) pero pues… quería expresar esto. Me agobia la emoción… para ambos lados.

Facultad de Ingeniería, circa 1970
Gracias...