Fuck you, NFL

Nunca pensé que llegaría el día que renegara de la liga que tanto entretenimiento me ha dado a lo largo de los años.

Durante ya casi dos décadas he sido un ferviente fan del futbol americano, y la NFL sin duda es la liga que más sigo, como la mayoría de los fans de este deporte. No hay comparación: el futbol americano colegial no es tan atractivo a menos que seas (ex-)alumno de alguna escuela, y francamente la situación en la ONEFA es terrible – con todos los problemas que los TECs y su inhabilidad de jugar bajo las mismas reglas que todos los demás clubes han causado. Incluso siendo fan de uno de los grandes equipos de la historia, los Pumas de CU, el ambiente es increíble pero dentro sé que no es el mismo nivel de habilidad, y probablemente nunca lo será, que en la National Football League.

Aún cuando mi equipo no me ha proveído de las alegrías de un campeonato, he seguido fiel al equipo y a la liga. He gastado muchos miles de pesos (al principio no míos, últimamente ya) en mercancía, balones, boletos, paquetes de televisión, etc. He dedicado incontables domingos – olvídense de las horas – a seguir religiosamente la jornada de partidos: el de las 12 – que casi siempre era de mi equipo – para empezar el día, el de las 3 con un ojo a los resultados de la mañana y otro al partido en curso, y el de la noche, con sus gloriosas estrellas y (usualmente) fantástico equipo comentarista. Me sé el nombre de cada jugador de mi equipo; carajo, me sé hasta el nombre de los coaches asistentes que nadie recuerda porque están presentes un año y al siguiente se van a no sé donde chingados. Me peleé numerosas veces con mi ex-novia porque el americano era parte crucial de mi vida, y nadie – ni siquiera ella, con sus 9 años de experiencia veterana a mi lado – me iba a desprender de mi gusto por las tackleadas. Bueno, hasta rechacé sexo con tal de ver mis partidos.

Conscientes de todo esto, quiero que quede muy claro mi mensaje:

Vete mucho a la chingada, NFL

Digo, ni siquiera se trata del pinche problema que traen con sus dueños y los jugadores. Creo que es estúpido (como la mayoría de los fans lo cree) que un puñado de multimillonarios no se puedan poner de acuerdo con un puñado de cuasimillonarios (salario anual promedio de un jugador de la NFL $770,000 USD; algo así como 7,000,000 MXN, aún quitándole un 33% de impuestos. Fuckers.) en como dividir el chingado botín de… mmm déjenme buscar… como 7,000,000,000 USD. Esto es, 7 MIL PUTOS MILLONES DE CHINGADOS DÓLARES. Fuckers.) porque aquellos quieren el 55.3% y estos quieren el 55.8% y cómo jodidos voy a aceptar un 0.5% menos. Repito: FUCKERS.

Pero no, no es eso. Y tampoco es que por esas mamadas estos imbéciles estén poniendo en riesgo la viabilidad de la temporada que viene. Digo, no es como si la mayoría de los fans de la liga viven y mueren por estos jodidos jueguitos entre mastodontes atléticamente extraterrestres; para nada se va a escuchar que haya gente que no sepa que demonios va a hacer en su vida si la NFL no va a operar, porque después de todo el dinero no viene de fans dedicados en tiempo, alma y cartera a los juegos, sino seguramente de hadas mágicas que depositan cientos de millones de dólares por día en las carteras de los dueños. Sí, así ha de ocurrir. Pero de veras; no es por eso. Finalmente, estaba dispuesto a tolerar que llegara septiembre y estos hijos de la chingada me dejaran todo adrenalinado y sin un equipo a quien desearle la muerte lenta y dolorosa, o rápida y dolorosa, o de tiempo libre y dolorosa. De verdad, estaba bien dispuesto a eso (FUCKERS), no porque me gustara la idea, sino porque siquiera entretener mentalmente la idea de un año sin futbol americano de la NFL era equivalente a la idea de pasarme 6 meses sin sexo – lo cual no quiere decir que sepa como es eso, claro. Porque nunca he sufrido sequías de ese tipo (FUCKERS, aunque dirigido a otras personas – pero mejor no me desvío).

Ni siquiera es que mi pinche equipo no puede ganar ni un puto campeonato de división sin que sea una hazaña heroica y extraordinaria que por supuesto ocurre una vez cada década desde que el gran Dan Marino decidió retirarse – o mejor dicho, desde que el imbécil de Dave “tengo mostacho de pornstar” Wannstedt lo corrió, demostrando enteramente el tremendo gasto de oxígeno que él – junto con su protecto Jimmy Johnson – son. No es que no haya probado la gloria del Lombardi en mi vida, ni que mis conceptos de “gloria” sean victorias a los verdaderos titanes del momento, equipos que odio con desesperación y desdén en parte por su éxito y en parte porque son putos (sí, todos los involucrados. Sí, sí creo que Tom Brady es homosexual de la peor clase, con disculpas tremendas a todos los homosexuales honestos y rectos del mundo que no se merecen dicha asociación en su vida). FUCKERS.

Tampoco es que SKY se enorgullece de ser el único proveedor en México del NFL Sunday Ticket (única manera de ver a mis Delfines, gracias a que no son el equipo “chic” del momento y que los pasan una vez por año al parecer – gracias, por cierto, Televisa y TV Azteca. Por supuesto que con estos comportamientos seguro los apoyo en su “lucha campal” contra una institución exactamente igual de monopólica, cerrada y con el mismo gusto de joder a sus clientes como ustedes. FUCKERS) y que por este mini monopolio se ve terriblemente forzado a cobrarme más de $1,000 MXN al año por sus transmisiones de la NFL, más el costo base de su suite de programación – que como es en HD, porque no quiero vivir en el siglo pasado, merece el costo de $600 MXN mensuales… FUCKERS. No, no no. Tampoco fue esto.

No, la gota que derramó el vaso no tiene nada – nadita – que ver con los resultados, o falta de ellos, en el campo o en la mesa de negociaciones. No, la cosa estuvo así:

Llevo como 5 años con la misma chamarra de Delfines, un casi uniforme que me encanta porque es fresca con el calor, cálida con el frío, no muy pesada ni bultosa, y versátil: en sus bolsas le cabe todo. Esa chamarra la compré porque antes de ella, llevaba como 10 años (!) con otra chamarra de delfines, de las mismas características. Evidentemente, cuando tengo una prenda que me gusta y se acomoda a mis necesidades, me aferro a ella como garrapata. El punto es que ya estuvo bueno, y decidí comprarme otra. Ví precios (evidentemente de chamarras de Delfines, no iba a cambiar ahora verdad?) y seleccione dos: una linda chamarra de doble vista, y otra más “cachetona” de gamuza microfibra y no sé que tantas monadas. Casi $4,000 MXN entre las dos, pero qué demonios: me gustaron y eran de mi equipo. De mi liga. Por supuesto que voy a gastarlo sin broncas.

Dispuesto a vender mi alma – sin mencionar mi habilidad de comer como gente decente durante unos meses – me puse listo a sacar mi tarjeta y poner mis datos. Primero, me pedían mis datos de facturación, así que obedientemente apunté mi dirección, teléfono, etc etc que piden a uno cuando quiere comprar algo en línea. Súper! Cansado pero listo, le dí “continuar” y me preparé a pagar, cuando… WTF? Error? “La orden no puede continuar porque algún producto [por cierto, gracias por decirme cuál. FUCKERS] de su carrito no puede ser exportado fuera de los Estados Unidos”. Hmmm… ok, revisé y era la chamarra de gamuza. Puta, me dije. Bueno, ni pedo. Pidamos solo la otra. “Continuar” de nuevo. Y… WTF?? “Resumen de subtotal: $144 USD. Resumen de gastos de envío: $267 USD”.

What. The. Fuck.

Hasta revisé el total, porque dije “no, igual me están diciendo que esos $267 son el total total. Es mucho de envío, pero no creo que me estén cobrando casi el doble de envío que el subtotal, verdad? Verdá, apá???” Ja. Jaja. Jajaja. Pues CLARO que me estaban cobrando eso de envío. Y completando el “huevos” que la pantalla me estaba enviando simbólicamente, la página me indicó amablemente que todavía no se contemplaban los impuestos que probablemente tendría que pagar.

Ah, pero ahí no acaba la cosa. No, no no no no. Decidido a encontrar una mejor opción busqué (y encontré) 3 tiendas diferentes que vendieran productos oficiales de la NFL. Todas en inglés y basadas en E.U., pero bueno, ahí está el pedo, no? Ok, seguro alguna tiene envíos a México… mmm… no, ninguna. Wiiiii! Pero como pendejo, ahí voy a buscar otra opción, porque carajo… es mi equipo! Es mi deporte! Tengo que encontrar algo, en algún lugar, no?

Sí, seguro: hay una tienda de NFL para México, en línea. Y tienen una gran variedad de 1 modelo (no, no es typo. Es UN modelo) de chamarra, por el módico precio de $1,700 MXN – más impuestos, más envíos. Ah, y por supuesto, tengo que esperarme 25 días HÁBILES. Para que estos weyes me hagan llegar su jodida chamarra (que ni siquiera es la que quería, ni se parece, ni hay de mi talla, ni me gustó) que seguro está hecha de plumas de pegaso* y piel de dragón, porque cómo chingados más explicas que algo tarde 25 días hábiles en esta época. Creo que ni los bebés tardan tanto en llegar, y a ellos sí los hacemos sobre pedido y a la medida.

En fin, he visto mal servicio al cliente. OH VAYA, que si he visto mal servicio al cliente. He visto completo desinterés en que seas cliente de algo, en una total indiferencia de si estás bien o no con el servicio que alguien ofrece. Tengo muchos ejemplos, y ya he escrito de algunos de ellos. Pero este, sin pedos, se lleva la corona. Sí, soy un “fan”. Pero también soy un CLIENTE, NFL. Soy uno de los millones que llenan esas arcas de tantos billetitos verdes que te encantan; que alimenta a los jugadores, ayuda a financiar sus contratos, permite la construcción de estadios y ha ayudado a esparcir el gusto por tu jodido negocio a rincones donde antes no había llegado. CHINGADA MADRE, HASTA MI EX YA TIENE GUSTO POR TÍ GRACIAS A QUE LA CHINGUE DURANTE CASI UNA DÉCADA.

Pero sabes? Ya me cansé. Dejé a Telmex, estoy dejando a Axtel, en poco tiempo dejaré a Telcel, y aunque me cueste un huevo y tenga un severo síndrome de abstinencia durante algún tiempo, te juro que nada es imposible. Me ahogaré en ONEFA. Saldré a más bares. Tendré más sexo (yay!). Chingaos, veré futbol soccer si es necesario. He llegado a ese punto. Acabas de perder a un fan, sí claro. Pero más importante para tu cartera: acabas de perder a un cliente.

Mejor gastaré mi dinero en chamarras de la UNAM. Más baratas, mejores materiales, y al menos ellos sí envían a México. Porque ellos – nosotros – SON/SOMOS MÉXICO.

So long, fuckers. And no, I won’t thank you for the fucking, undearchieving, soul-sucking, ever-dissapointing, and lame, lame-ass fish. They can get fucked too.

*Sí, ya sé que los pegasos no tienen plumas. Pero si vas a criticar eso, seriously – FUCK YOU TOO.

La larga espera…

Es como cuando vas al doctor. Te dicen “tiene ud. cita a las 4.00 PM” e, invariablemente, te encontrarás esperando al doctor hasta las 4.10, mínimo (eso, claro está, suponiendo que llegues puntual – de no ser así, buena suerte encontrando atención ese mismo día). Dependiendo de tu urgencia, esa espera es… bueno, más o menos difícil. Si estas esperando resultados de algún examen, pues todavía peor. Se vuelve un tiempo casi insoportable…

Estoy actualmente a la espera de mis últimas 3 calificaciones de la carrera. Después de ellas… no más exámenes. No más tareas. No más proyectos. Al menos no solicitados por la FI (HFI, dirían algunos). La espera se ha vuelto… nostálgica, interminable y a la vez llena de deseos que no acabe. Porque al acabar la espera, acaba el viaje. Duro, cansado y a veces difícil de sobrellevar… pero que viaje!

Seis años llenos de experiencias, sueños rotos y creados, expectativas redirigidas, de vida fuera de mi mundo y dentro de otro nuevo que ahora oso llamar mío… conocer otra casa, mi nueva casa, la que me dió cobijo y durezas y hambre y sed y papas pastosas y pollo mal cocido y mucho conocimiento… y sueño. Todavía me debe como 3 años de sueño. El pequeño puntito en el sur que se ve como un mundo cuando estás dentro, toda una arcología sin las paredes y al aire libre; ya decía yo, una casa… mi hogar. Y aunque aquí sigo, digamos que cambio de cuarto. Me gustaba mi cuarto.

En fin… quisiera creer que voy a publicar algo más interesante cuando el gran momento llegue (y entre comillas, porque… falta la tesis, el título, etc.) pero pues… quería expresar esto. Me agobia la emoción… para ambos lados.

Facultad de Ingeniería, circa 1970
Gracias...