… sin que te diga lo mucho que te amo…
… sin que te diga lo mucho que te extraño…
… sin que te diga lo mucho que te respeto…
… sin que te diga lo mucho que te añoro…
… sin que te diga lo mucho que lo siento…
… sin que te diga lo mucho que cambiamos…
… sin que te diga lo feliz que estoy…
Un día de estos, me voy a ir de la faz de la tierra y voy a lamentar no haber dicho todas esas cosas. Supongo que ahora es tan buen momento como cualquiera. Lo curioso es que cuando uno piensa en el posible receptor de estas frases, lo primero que te imaginas es a tu familia, o tu novia, o tus amigos (y vaya que estuve pensando en qué orden poner esos grupos)…
Jaja, bueno, qué carajos estoy diciendo? Si me muero no voy a lamentar nada. Tal vez mientras me *esté* muriendo. Pero ya después… bah. Te vuelves parte de la conciencia merol y listo. No voy a lamentar nada – si acaso voy a descomponerme sin gracia. Ni gracias 😛 Pero está interesante contemplar que, como con todas las cosas, la procrastination está a la orden del día. Y… pues bueno, supongo que sigo haciéndolo.
Hoy fue un lindo día, de hecho. Sol brillando, pájaros cantando, la gente alegre y poco tráfico. Pasó algo interesante en el camino: no subí de 80 km/h. Fuí a comer con Tona… no, momento. Fuí a comprar una memoria RAM que en un capricho quise conseguir yayayayaya y de paso dejé a los pobres becarios a quienes les estoy dando clase vestidos y alborotados, la tercera clase acortada en 6 días. Digo, finalmente ya acabamos el material que ibamos a ver, pero… aún así me siento. Hmmm… sucio? No. Irresponsable? Tampoco.
Ajá! Socialmente inadecuado. Tona tuvo que aguantarse el hambre (bueno, no completamente. Comió unos cuantos Trix en el camino), y todo para que el estúpido Best Buy no tuviera el DIMM que quería. De regreso pudimos conseguirlo, aunque fue imposible utilizarlo – mi Debian está a 32b. Lo cual, por supuesto, redituó en que Javier me hiciera una USB booteable. Que… no funcionó. Creo que ni las gracias le dí.
Hmm. Tal vez no estoy hilando ideas adecuadamente. Aparentemente el sueño es un recurso valioso.
Dejémoslo así: llevo una semana viendo Breaking Bad desde el principio. Culpo a las arañas.