De C#, y porqué el tamaño sí importa

Resúltose que estabamos probando una mejora a la aplicación de Factúralo tú mismo, cuando nos hablaron para una solicitud de soporte… algo extraña.

En todos los sistemas que habíamos probado la aplicación, esta nueva actualización se realizó sin problemas. Era una actualización, a decir verdad, mucho más estética que de funcionalidad: se cambió un poco el look de la aplicación, para que fuera más concordante con los estándares de UI actuales (digamos, íconos más bonitos, etc). Pero bueno, a uno de nuestros usuarios, este movimiento le causo el siguiente horror:

************** Texto de la excepción **************

System.ComponentModel.Win32Exception (0x80004005): El parámetro no es correcto

en System.Drawing.Icon.Initialize(Int32 width, Int32 height)

en System.Drawing.Icon..ctor(SerializationInfo info, StreamingContext context)

La absoluta irreproducibilidad del error (y que se note que lo intenté, en los 3 equipos de los que pude echar mano el fin de semana) me llevó a considerar el problema un *extraño* más, y dejarlo como otro caso para la araña. Sin embargo, hoy me hablaron diciendo que el caso se había esparcido – sí, es correcto – a otro equipo de cómputo. La única característica definitoria para ambos? Netbooks.

Pues me puse a investigar. Evidentemente el problema hacía alusión a íconos, pero… a cúales? Ay de mí si eran los que había agregado… tendría que deshacer el trabajo de la semana. Pero sin desánimo me puse a buscar, y al final resultó ser el ícono de la aplicación. Sí, un simple ícono… con los siguientes parámetros:

WIDTH:700
HEIGHT:699

¬¬ Ok, eso podría ser. Pero porqué los demás sistemas se actualizaban sin problemas? Aparentemente, hay versiones de Windows que ejercen de manera más estricta el tamaño de los íconos – o mejor dicho, Vista/7 se ajustan dinámicamente aunque les avientes una barbaridad como aquella, y lo redimensionan automáticamente.

Algo nuevo aprendí hoy XD

“Late” night crusin’

What I want, you've got
But it might be hard to handle
Like the flame that burns the candle
The candle feeds the flame yeah yeah
What I got -- full stock of thoughts and dreams that scatter
And you pull them all together
And how I can't explain oh yeah
Well well you (ooh ooh ooh ooh) you make my dreams come true (you you) you
(you you)

Ok, no es un “code”…

He aquí unas verdades fundamentales de la vida:

– Conforme avanzas en edad (y rutina, y responsabilidad), te cuesta más trabajo desvelarte.
– Conforme avanzas en edad (y rutina, y responsabilidad), más te gusta desvelarte.
– Desvelarte es la ÚNICA (acentuado para no tener problemas de copyright con la FI) manera de programar algo que valga la pena.

Ergo… conforme avanzas (bla bla bla), más te gusta programar (WTF, old dude?). O al menos buscar la solución a los problemas computosos. Estúpido moodle, pero a la vez bello moodle.

Por cierto, me gustaría saber cuáles son las mejores canciones para programar. Tengo propuestas:

– Orbital: Halcyon (and on and on). Está en mi iPod como “Mortal Kombat Symphony” porque el soundtrack me lo bajé de interné y no tenía el nombre de las canciones. Y se callan, MK es la neta… Tiene dos grandes cosas a su favor, esta rola: no tiene letra (salvo algunos cánticos medio ballenescos) y es laaaarga. Muy buena por si tienes chance de poner una y ya.
– The Dandy Warhols: Bohemian like you. “oooh-ooh oooooooh!” Por cierto, WTF significa “I’m feeling bohemian like you”? Obviamente los grititos son buenos para celebrar una línea particularmente inteligente, o haberle entendido a la documentación finalmente (quién diablos se imagina que String.Format toma CUALQUIER OTRA COSA SALVO UN STRING COMO PARÁMETRO en ciertos casos? O sea, digo, no mamen…)
– Héroes del Silencio: Apuesta por el Rock ‘n Roll. “Y no sé si nací para correr… pero quizás sí que nací para” compilar? Geeky as fuck. Y también porque no hay lista de mejores canciones sin Bunbury. Eso me recuerda: el dolor en la planta del pie es 1) pie plano, 2) plantar fasciitis (como se diga en español), 3) gordura extrema, o 4) psicosomático?
– Smash Mouth: Walkin’ on the sun. Igual es porque así van saliendo en el iPod, entre 7 millones de canciones inútiles (por cierto, qué será mejor? Limpiar tu música de todo lo que no te GUSTA TREMENDAMENTE, tener un segundo dispositivo para esas canciones que son doubleplusgood, o resignarte a la diversidad?) De cualquier forma, si puedes cantar la canción y seguir programando sin poner “INSERT INTO fashion will be smashing WHERE the true meaning” ya la hiciste… igual es para rondas dobles de programación.
– Edward Maya, Vika Jigulina (really? Jigulina??): Stereo Love. Y en la misma idea:
– Röyksopp: Follow my ruin. Esta la conocí en el taller de Yopas. Me cae que no me gusta la electrónica (o dance, o house, o techno, o como les digan hoy en día – y casi puedo apostar que estas dos no son del mismo género. Fuckers), pero de repente como que sí. Igual es porque parecen un loop de lo mismo y entonces no te distrae tanto. Pero si un loop musical te traba en un loop mental??? Qué entonces, carajo?! Igual ya es la hora.

Se aceptan sugerencias…

P.D. Sí, el último post estuvo muy raro. Juro que no nació de un motazo…

Porque ya ha pasado mucho tiempo

… sin que te diga lo mucho que te amo…
… sin que te diga lo mucho que te extraño…
… sin que te diga lo mucho que te respeto…
… sin que te diga lo mucho que te añoro…
… sin que te diga lo mucho que lo siento…
… sin que te diga lo mucho que cambiamos…
… sin que te diga lo feliz que estoy…

Un día de estos, me voy a ir de la faz de la tierra y voy a lamentar no haber dicho todas esas cosas. Supongo que ahora es tan buen momento como cualquiera. Lo curioso es que cuando uno piensa en el posible receptor de estas frases, lo primero que te imaginas es a tu familia, o tu novia, o tus amigos (y vaya que estuve pensando en qué orden poner esos grupos)…

Jaja, bueno, qué carajos estoy diciendo? Si me muero no voy a lamentar nada. Tal vez mientras me *esté* muriendo. Pero ya después… bah. Te vuelves parte de la conciencia merol y listo. No voy a lamentar nada – si acaso voy a descomponerme sin gracia. Ni gracias 😛 Pero está interesante contemplar que, como con todas las cosas, la procrastination está a la orden del día. Y… pues bueno, supongo que sigo haciéndolo.

Hoy fue un lindo día, de hecho. Sol brillando, pájaros cantando, la gente alegre y poco tráfico. Pasó algo interesante en el camino: no subí de 80 km/h. Fuí a comer con Tona… no, momento. Fuí a comprar una memoria RAM que en un capricho quise conseguir yayayayaya y de paso dejé a los pobres becarios a quienes les estoy dando clase vestidos y alborotados, la tercera clase acortada en 6 días. Digo, finalmente ya acabamos el material que ibamos a ver, pero… aún así me siento. Hmmm… sucio? No. Irresponsable? Tampoco.

Ajá! Socialmente inadecuado. Tona tuvo que aguantarse el hambre (bueno, no completamente. Comió unos cuantos Trix en el camino), y todo para que el estúpido Best Buy no tuviera el DIMM que quería. De regreso pudimos conseguirlo, aunque fue imposible utilizarlo – mi Debian está a 32b. Lo cual, por supuesto, redituó en que Javier me hiciera una USB booteable. Que… no funcionó. Creo que ni las gracias le dí.

Hmm. Tal vez no estoy hilando ideas adecuadamente. Aparentemente el sueño es un recurso valioso.

Dejémoslo así: llevo una semana viendo Breaking Bad desde el principio. Culpo a las arañas.

Bichología

Ayer platicaba con Elena acerca del servicio social que está realizando en la FES Zaragoza, en el área de Microbiología… aparentemente le apasiona mucho eso de los bichitos. Total que me comentaba que estaba subiendo sus fotos a Facebook, y en aras de mantener el control sobre las fotos, así como una facilidad sobre su administración, decidí configurarle un blog…

http://bichologia.sergiob.org

Sugiero ampliamente visitarlo. Apenas va empezando, pero tengo entendido que en breve será llenado profusamente de fotos interesantes.

Un olímpico

A mí jamás me ha gustado el futbol.

Bueno, ni siquiera le digo futbol (o fútbol, como dijeran algunos). Es siempre soccer. Y es que no tiene en mi parecer todo lo que define a un deporte: no hay gran demanda física (salvo para los mediocampistas), no hay grandes golpes, heroísmo físico de sobreponer dolor, cansancio y fatiga extrema; vamos, no tiene pasión. Y es evidente que el punto será rebatido incansablemente – digo, el término “pasión futbolística” prácticamente viene en la sangre en el mundo, y qué decir de mi país de México.

Mi deporte, durante toda mi vida, ha sido el futbol americano. Tan es así que he ido a todos los partidos que se han realizado en el país, incluyendo más recientemente el primer partido de temporada regular realizado fuera de los Estados Unidos: el 2 de Octubre de 2005, entre San Francisco y Arizona. Fue un día interesante por muchas razones: primero que nada, el aspecto histórico del partido (y, hasta la fecha, el récord de asistencia: una impresionante cifra de 103,467 almas en el Azteca); por supuesto cuenta también la fecha en que se realizó, muy dolorosa para México; y también, algo olvidado, queda que ese día la selección Sub-17 de México ganó su primer campeonato mundial, 3-0 contra Brasil en el mundial de Perú 2005. Recuerdo muy bien que, durante los calentamientos de los equipos en la cancha, el estadio se prendió tremendamente al anunciarse por los altavoces que México anotaba su segundo y tercer goles, así como cuando anunciaban el pitazo final del partido. Por supuesto que también recuerdo como la cancha comenzó netamente pro-San Francisco, y cómo los Cardenales fueron poco a poco ganándose a la afición con mejor desempeño en el campo (que, contra esos 49s, francamente no era gran hazaña), pero, curiosamente, se me queda bien grabado cómo el país (o al menos la muestra representativa que teníamos en ese estadio) se encendió con la noticia de sus chamacos campeones.

Total que 6 años después esos chamacos ya están en la mayor o consiguiéndose chicas trabajadoras en Perú, pero también se juega otro mundial Sub-17 (o U17, como le dicen fuera de América) donde México está tanto de anfitrión, como compitiendo. Y hoy tuve el gusto de presenciar un partidazo, donde los mexicanos acaban (hace unos minutos apenas) de reservarse un boleto en la final, contra el equipo de Uruguay. Pero, qué partido se aventaron.

Previo al encuentro la noticia era que Alemania, como favorito del mundial, presentaría una importante experiencia de aprendizaje para el equipo mexicano, quien por supuesto saldría con todo a la cancha. Traducido al español: muy probablemente nos madreen, pero hasta de eso se aprende. Y la verdad es que los alemanes, por lo que mostraron en el partido, verdaderamente son una selección imponente: de entrada el perfil físico, pero también su técnica son cosa de cuidado. Y México, aunque muy aguerrido y con ventaja de local, sería meramente un tope en la coronación de la selección europea.

La perspectiva cambió al minuto 3, con gol de Julio Gómez, aunque los alemanes rápidamente corrigieron en el 10 y aparte se fueron adelante en el 59, momentos después de que Gómez y Jorge Espericueta se combinaran para esta jugada al minuto 53:

Tiro a gol de México. ¡Parecía el segundo! Julio Gómez desbordó por la derecha y centró con potencia; Bueno no logró rematar pero tocó atrás para Espericueta, que pateó de primera, y el arquero alemán voló para salvar sobre la línea.

Y pues ahí quedaba: México jugó bien, pero no pudo contra Alemania. Digo, no le iban a dar la vuelta, verdad?

Al minuto 75 México tenía, después de varios desesperados ataques a la portería alemana, tiro de esquina por el lado derecho. Y fue entonces que Jorge Espericueta se aventó un jugadón, algo que probablemente voy a recordar por mucho tiempo. Su tiro de esquina, usualmente apuntado para que alguien más remate y meta gol, entró por sí mismo a la portería, rebasando al portero y a dos jugadores (Khedira por parte de Alemania, Julio Gómez por México) que chocaron cabezas y salieron lesionados. Gómez en particular era preocupante: se abrió literalmente la cabeza, sangrando su uniforme y dejando a México, quien ya había realizado sus tres cambios, con 10 jugadores por lo que parecía el resto del partido. OK, no importaba mucho: México ya estaba empatado y enfilado para los penales.

Unos minutos después, portando una serie de vendajes en la cabeza que le valieron el apodo de “la Momia”, Gómez regresó al partido (querías sacrificio físico, no?) y se aventó, apenas 14 minutos después de manchar con sangre la cancha del nuevo Corona, un golazo aún más memorable: una chilena de tiro de esquina (cobrado, fatídicamente, por Jorge Espericueta) que puso a México en la final del mundial.

Pienso por un momento lo que escribo y, con todo y el calificativo de “U17” no le quita lo sabroso: una chilena [contra Alemania] que puso a México en la final. Y ahora estos chavos, por quien nadie daba un peso – incluso después de ganar sus 3 partidos de las clasificatorias, los octavos y los cuartos de final – están a unos días de disputar, en aquel memorable Estadio Azteca, el campeonato del mundo. Y todo gracias a un par de muchachos que, muy valientemente, se pararon frente a los alemanes y dijeron – en nuestra casa, no.

No, a mí jamás me ha gustado el futbol. Pero Julio Gómez está haciendo que eso cambie.

Sueños

Pienso en tí y mi mundo se ilumina.

Sé que no eres para mí, sé que hay mejores opciones. Veo mejores opciones a diario. Pero no me importa; te veo y mi mundo se ilumina. Es como esas cosas que te pasan cuando ocurren, y por más que quieres alejarte, no puedes. No es cuestión de ética, ni de valores; es algo más visceral. Tenemos experiencia previa, pues. Y eso, a veces… cuenta más que lo que en verdad deberías tener en tu vida, por derecho y por honor.

Podría escribir sonetos en tu honor, pero no sería sano para ninguno de los involucrados que lo hiciera. La gente puede verlos y pues… se darían cuenta de mi hipocresía. Porque ya te he abandonado antes. Y no me malentiendas; te puedo abandonar de nuevo. Pero cuando estamos juntos, todo es más… rico. Jugoso, en cierto sentido. Vienes justo como me gusta, preparada con todos los proverbiales pelos y señales que me hacen vibrar. Es algo mágico, cuando estamos juntos.

No sé bien ni porqué escribo esto, salvo tal vez porque hace poco nos vimos nuevamente y mi mundo se iluminó de nuevo.

Me encantas, eres todo lo que busco en alguien como tú…

Nunca te vuelvas a alejar. Te he extrañado…

…gnomo.

El dolor es temporal (pero eso no quiere decir que no duela)

Hay un dicho por ahí que aplica en la mayoría de los deportes – bueno, en la mayoría de las actividades de la vida: “El dolor es temporal. La victoria es eterna”. Y sí, es la esencia del “ni quién te quite lo bailado”, o del honor, o de un legado, o cualquier cosa similar.

La cosa es que… MALDITA SEA, Sí DUELE!! Al menos mientras lo estás viviendo, dices “changos… esto está cañón”. El asunto sale a relucir hoy (y a estas horas) porque me la he pasado [medio|mal|pseudo]durmiendo con una tremenda amigdalitis. O sea, anginas. Y aunque sé que hay dolores mucho peores allá afuera (y yo mismo he sufrido algunos), este no deja de tener su peculiar sentido de diversión, con eso de que cada vez que mi cuerpo ejercita ese viejo reflejo de tragar saliva me acuerdo perfectamente de la ubicación, tamaño, código postal, CURP y otros detalles íntimamente personales de cada una de mis amígdalas. Incluyendo, por supuesto, su tremenda población bacterial.

El punto es que estuve inconsciente menos de 3 horas en toda la noche, y eso echándole porras a mi cuerpo. En esencia, tragar cualquier cosa me duele (tal vez es un mecanismo de defensa de la bacteria?), respirar no es muy divertido que digamos (una ruleta con un 30% de probabilidad de dolor), y aunque ya no tengo fiebre ni sufro de alucinaciones como hace 2 días, sigo teniendo ciertos dolores corporales muy específicos y a la vez aleatorios (o sea… qué tiene que ver con la gripa, o infección de garganta, o algo generalmente relacionado con el aparato respiratorio, que de repente me empiece a punzar el pie? En serio, WTF, agente patógeno?) que en suma me mantienen con una esperanza de vida de YA POR FAVOR DÉJENME SALIR. Pero no me quejo 🙂

(Mientras escribía el párrafo anterior tragué 4 veces. Así que cualquier falta de hortografía serían muy amables en ignorar).

Pendientes:

– Escribir la canción (ya tengo la idea, ya tengo la tonada).
– Escribir el resumen del juego de mesa (ya tengo la idea, y creo que hasta un bosquejo del tablero).
– Sugerir amigdalectomía junto con circunsición, como “paquete” a hospitales (ok ok, no soy tan cruel).

Baaaaahhhhhhh….