Alguna vez entre agosto y hoy me desvelé… y quise postear. Ah, ya veo la fecha… 25 de agosto. Sigh. Bueno, con este paro de labores me da chance de terminar de escribir, así que ahí vamos… de lleno y sin red…
[Correcciones entre taches, ya que hay cosas que cambiaron de entonces a hoy.]
Después de todo, no es posible soñar si no duermes, cierto? Ah, y que hay de soñar despierto? Pues imposible también, digo yo, si tu conciencia apenas te da para no colapsar a medio escritorio! Han sido dos semanas tres meses (y media, casi) bastante… iluminativos. Después de todo, no es taaaan diferente de la FI, aunque debo de admitir que los silloncitos y el agua gratis (de garrafón, eh! Y no los he visto rellenarlo XD) son una experiencia muy agradable. Y mullida.
Debería agregar que todo tiene su precio en esta vida, y la mullidez es directamente proporcional a la necesidad de mullimiento mullido después de una espeluznante sesión de análisis de algoritmos. Aunque debo admitir que la geometría computacional tiene sus privilegios (primordialmente espantar a niños pequeños, y cosas así).
En fin, apenas el miércoles me inscribieron “oficialmente” y ya puedo decir que soy producto IIMAS. Al menos hasta no recibir título… Y sigo esperando el título. En fin, a ver si no me corren y tengo que decirle a mi mamá que siempre no me mudo este año… 😛
Bueno, por fin a lo que nos ocupa. Y es que aunque la escuela es una de mis principales preocupaciones en este momento (digamos, en la misma prioridad que respirar, poco arriba de comer y dormir), en realidad no es lo que me ocupa en este instante. Oh no. Mis atenciones son un poco más banales y para colmo ni me incumben; la inspiración llega a veces de lugares extraños, pero es curioso ponerse a pensar que cosas que ni te pintan son las que te mueven. Así es la vida a la medianoche, supongo. En fin, creo que un haiku podría exponer mejor la situación:
Alegría, hoy
no alcanzas a llegar
ni al señor sol.
Curioso como hay pequeños detalles que te distraen peculiarmente – muy por encima del deseo de irte a dormir, por ejemplo – y te hacen pensar que la vida realmente no tiene ni pies ni cabeza. Y, al mismo tiempo, que no hay nada nuevo bajo el sol (jeje). Lo que ayer pasaste mañana lo verás reflejado en otro, y lo que otro vivió hoy lo estás penando porque, como dijo mi mamá, nadie aprende en cabeza ajena. Salvo tal vez uno que otro piojo aventurero.
Creo que este post no tiene un punto concreto. Tal vez puntualizar que la incertidumbre de los resultados siempre nos va a tener esforzándonos o cayéndonos; dependiendo del punto de vista que escojamos para iluminar nuestro sendero. Hoy me dijeron que la noche es fría; pero si nos ponemos a pensar un poco, podemos acurrucarnos en la cama, o enchamarrarnos y salir a jugar. Las dos nos van a redituar frutos, pero algunos son un poco más dulces que otros.
Buenas noches, y tal vez alrato ponga algún detalle más coherente.